Concisos: Entrevista a Mario Pérez Antolín



El aforismo está viviendo un momento de esplendor en nuestro país, y era imprescindible que una antología agrupara a los escritores responsables del resurgir de un género capaz de unir lo mejor de la literatura con lo mejor de la filosofía. Los textos que aquí se seleccionan consiguen emocionar y meditar al mismo tiempo sin andarse por las ramas, haciendo gala de una concisión penetrante que abandona lo superfluo para centrarse en lo primordial.

Estos veinte aforistas tienen una obra reconocida y admirada que, desde diferentes enfoques, se ha convertido, por méritos propios, en lectura obligatoria de aquellos que buscan en un libro la lucidez y la belleza.

Con un tono más lírico o más reflexivo, con una extensión que oscila desde la frase hasta el párrafo, todos ellos forman la punta de lanza de un tipo de escritura en ascenso: el aforismo.

Hemos podido disfrutar de una interesante y amena charla con  Mario Pérez Antolín, aforista y antólogo quien nos enseña los trucos para componer con esa maestría precisa. Mario nos contagia el entusiasmo por lo breve y certero.

-En los ambientes culturales parece que no se habla de otra cosa que de “Concisos”, la antología de aforistas españoles contemporáneos que ha publicado en la editorial madrileña Cuadernos del Laberinto y de la que es usted responsable ¿Un triunfo grande con frases cortas?
 Lo cierto es que, desde hace ya unos cuantos años, el aforismo se ha convertido en un género pujante por diferentes razones: el fragmentarismo propio de la filosofía posmoderna, la irrupción de las redes sociales, el impacto de los mensajes publicitarios, etc. Cuando yo publiqué mi libro Profanación del poder, ninguna editorial tenía una colección dedicada a este tipo de literatura. Hoy, en cambio, encontramos unas cuantas. Supongo que Concisos recoge esta tendencia, agrupando a los aforistas más representativos en una antología que muestra la escritura breve de más calidad en nuestro país.
   
-¿Cuál es el secreto de un buen aforismo?
 En mi opinión, un buen aforismo tiene que tener la fuerza emotiva del mejor poema y la profundidad reflexiva del mejor ensayo, y todo ello con una precisión deslumbrante. Casi nada
  
-Hace unos día, Vicente Verdú, en su columna en El País nos decía “El aforismo es la manera más sincera y ajustada de expresión”; y que “Es necesario escribir con duro conocimiento y precisión para lograr un buen aforismo, pero en su acierto se intensifica el pensamiento cuando es de valor.” Una buena lección práctica. ¿Cómo lo definiría usted?
 Al tratarse de un género fronterizo, el aforismo se desenvuelve bien entre la intuición y la racionalidad, entre lo pasional y lo analítico, entre lo ético y lo estético. Acierta Vicente Verdú cuando afirma que el pensamiento de valor alcanza la máxima intensidad despojándose de lo accesorio, de aquello lastres que impiden el vuelo de la inteligencia imaginativa.
 
Mario Pérez Antolín
Mario Pérez Antolín

-¿Cuántas vueltas le dio hasta tener cerrado qué autores debían estar y cuáles no? ¿Cómo fue el proceso de configuración de “Concisos?
 Los criterios de selección fueron la calidad, el equilibrio y la pluralidad. He escogido a los escritores con una trayectoria más consolidada, pero también me he esforzado para que en el libro aparecieran aforistas que practican diversos subgéneros (aforismos más filosóficos o más líricos), que publican en múltiples editoriales, que viven en diferentes regiones y que pertenecen a varias generaciones.
  
-¿Cuál es el aforismo que más le ha costado escribir y cuál del que se siente más orgulloso?
 De todos mis aforismos, prefiero este:
La derrota es lo único que nos humaniza; pletóricos damos miedo”.
El que más se me resistió, fue este otro:
Con la primera mentira acaba la infancia, con la primera nostalgia empieza la vejez”.

-¿Todo empezó con Hipócrates y sus consejos medicinales?
 Efectivamente, su origen se encuentra en las ciencias experimentales y, aunque haya evolucionado después hacia saberes humanísticos, no debe perderse nunca de vista ese carácter empírico fundacional. El buen aforismo debe ser también una forma de conocimiento.

-¿Cómo definiría la vida cultural española?
 El adjetivo que mejor le cuadra es “heterogénea”. Resulta innegable que la banalización de los contenidos y la mercantilización de las propuestas han depauperado buena parte de la vida cultural española. Pero, frente a este subproducto dominado por el entretenimiento espectacular, resisten aún algunas manifestaciones regidas por el rigor y la excelencia.
  
-Defínase en cinco palabras, o bien en un aforismo auto-retrato.
 Yo soy un inadaptado que exige sus derechos y no da explicaciones.






MÁS INFORMACIÓN:
CONCISOS. Aforistas españoles contemporáneos 
Editorial Cuadernos del Laberinto (Madrid, 2017)
Coleccción ANAQUEL DE PENSAMIENTO, nº10
176 páginas • I.S.B.N: 978-84-945357-5-8 • 16,50 €
Antólogo: Mario Pérez Antolín
Prólogo: Carlos Aganzo
Con Miguel Ángel Arcas, Rafael Argullol, Carmen Canet, Miguel Catalán, Antonio Colinas, Jordi Doce, Eliana Dukelsky, Ramón Eder, Dionisia García, Sergio García Clemente, Ignacio Gómez de Liaño, Erika Martínez, León Molina, José Luis Morante, Manuel Neila, Andrés Neuman, Gemma Pellicer, Mario Pérez Antolín, Javier Sánchez Menéndez y Vicente Verdú.


 

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